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No desgasta el poder; lo que desgasta es no tenerlo y saber que jamás lo tendrán 

Escrito por Henry Sánchez Ortiz

Ya pasaron las elecciones y algunos políticos han llegado a la locura al pensar que tienen un gran poder en Puebla o pretenden tomarlo de un partido que murió en 2018. 

Por una parte, tenemos a Ignacio Mier quien sufre un episodio de desequilibrio al creer erróneamente que obtuvo la Senaduría por méritos propios, algo ridículo por dos sencillas razones. 

Por un lado, operó en contra de Alejandro Armenta luego de hacer berrinche por no haber sido él, el candidato a la gubernatura de Puebla, luego alardeó de que su estructura le daría el triunfo a Eduardo Rivera, sin embargo; los resultados fueron totalmente diferente, ni su supuesto “perro de ataque” o golpeador mediático, causó por lo menos un poco de quiebre al gobernador electo. 

Al final volvió a caer en lo ridículo, incumpliendo sus “altos resultados” que según podía dar. 

Ignacio Mier, cayó de ser absurdo a ser ridículo.  

Ahora, también tenemos a Eduardo Rivera, quien pagó una encuestadora para mentirle a las y los poblanos que estaba arriba, al final el mismo creyó su propio engaño y pensó que ganaría la gubernatura entre encuestas falsas y el poder fantasma de Ignacio Mier. 

Se dice que tuvo una reunión con el equipo central del PAN para intentar justificar su derrota, sin embargo, no logra comprender que su reputación de traidor no le beneficiará ahora ni nunca. 

La comida fue con alrededor de 200 personas, quienes aún creen que pueden rescatar algo de Acción Nacional, lo que no han entendido es que el PAN, murió en 2018 y que en este punto político, no hay ningún personaje que pueda hacer lo que se vivió en 2011. 

 

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